JOSE MANUEL ROZAS (Bilbao 1944 – Sukarrieta 1983)
El valor de una vida no se mide por su duración (Nazario Maiz)
Nacido en Bilbao, su vena artística se vislumbra ya a los seis años cuando fue premiado en Madrid por un paisaje pintado al óleo. En el colegio de La Salle de Irún, donde estudiaba como interno, se escapaba de clase para refugiarse en el campanario y poder pintar. De noche y a escondidas, en su habitación, esculpía pequeñas figuras.
Después de abandonar el colegio estudia arte, dibujo, decoración, pero nada es capaz de captar su interés por completo, su mente creadora y autodidacta camina en libertad, tal vez porque la libertad es para él una búsqueda que se convierte en una obsesión en el arte y en la vida. Con el pincel o la gubia se manifiesta contra todas las explotaciones y se decanta a la vez como artista y como ser humano comprometido.
En 1967 realizó su primera exposición individual en Bilbao, después lo haría en otras muchas localidades, como Vitoria-Gasteiz, Donostia, Iruñea, Santander, Valladolid, Madrid, Barcelona, Essen (Alemania)… , con casi 50 exposiciones individuales y colectivas hasta 1983, avaladas por los críticos de la época.
Con un estilo surrealista, en sus cuadros y esculturas su imaginación creadora viaja en busca de la libertad y la justicia social. Fue un artista comprometido con la sociedad. Su pintura reivindica las carencias y deficiencias de los aspectos sociales. Su aspiración era la VIDA, pero una vida con mayúsculas, libre, responsable, comprometida con los ideales de su tierra y de su pueblo, con unas fuertes raíces, de hecho es una constante en su obra. Uno de sus deseos era que la cultura vasca creciese y llegase a todos los rincones y a sus habitantes sin distinción.
Aunque la mayor parte de su obra se encuentra en colecciones privadas, uno de sus cuadros, “Alegoría en Amarillo”, fue premiado en Arteder y se encuentra en la Casa del Deporte en Bilbao.
Rozas vivió para y por el arte, al que dedicó todo su tiempo. Artífice de la belleza, amante de la naturaleza, deseaba encontrar un lugar donde poder crear en paz y armonía con su entorno y consigo mismo. Se trasladó con su familia a Sukarrieta…
Cuando se encontraba en plena capacidad creativa, habiendo alcanzado ese grado de madurez necesario para todos los artistas, la violencia le quitó la vida prematuramente. Un brutal puñetazo segó de raíz un prometedor futuro para un hombre de 38 años, cuya obra ya era tenida en cuenta en el ámbito internacional.
Un manotazo cruel,
Un golpe helado,
Una mano invisible y homicida,
Un hachazo brutal te ha derribado…